Pocos jefes




                                                                                            Foto: Cuartoscuro


Pocos jefes
 
 
 
Pedro Ferriz de Con
Han sido tantos los acontecimientos que hemos vivido en tan corto plazo que descarrilaron el proyecto del país que habíamos imaginado, que la carga de malas noticias nos ha llevado al pesimismo y hasta el hartazgo. Pensamos que el remolino de corrupción, impunidad, injusticia, intransigencia y absoluta falta de sensibilidad por el creciente número de desfavorecidos, nos ubica en un sitio del que es cada vez más difícil salir. El hoyo de desdichas ha vuelto incrédula y desconfiada a la sociedad mexicana. Ubicados en el aquí y ahora, la época crítica que nos enmarca, tiene solamente una sola salida. Urge cambiar esta situación y generar un ánimo colectivo que resuelva lo que en apariencia carece de solución.
En el constante debate que se da en las redes sociales, basta que se proponga cualquier cosa que lleve un ánimo de receta o solución, para que se multipliquen las reacciones que las desprecien, calificando todo como una gran utopía. Nada resulta realizable, porque se piensa que cualquier acción, debe ser encabezada por una entidad que no nos pertenece. Encontramos en el “sector político” a la causa del deterioro y consideramos que es éste núcleo el dueño del poder y por lo mismo, nos sentimos presos en medio de una condición que nos hace dependientes y no participantes de presentes o futuras acciones en el interés de nuestro bienestar.
“No vayamos al zócalo a gritar por México”… se dijo en días pasados. “Démosle la espalda a Peña Nieto para manifestar nuestro rechazo”… Toda convocatoria que pasa por nuestros ojos, tiende a segregar y no a unificar criterios.
Hace cuatro años, convoqué a mi audiencia a que emprendiéramos una Revolución del Intelecto. La imaginé como un tanque de pensamiento que se convirtiera en un sitio imaginario que acumulara propuestas, pensamientos, ideas, iniciativas, premisas y formas que inquietaran a una sociedad, con la pretensión de sacarla de su pasividad y confusión e iniciaran un proceso de iluminación, ilustración, educación, civismo… así como cultura de participación. No existe proceso democrático que no pase por esta ruta. Para vivir la democracia, es indispensable participar, bajo la premisa de saber que mi opinión cuenta para el colectivo.
Estamos escasos de ideas y líderes que las conviertan en acción. La devaluación por la que pasamos, no sólo es para nuestro peso… es más bien un tiempo en el que hemos vuelto a sentir que no somos importantes, por lo que la población está sujeta a seguir las pautas de un pequeño grupo de poder.
A eso se le llama oligarquía cuya definición es: Un sistema de gobierno en el que el poder está en manos de unas pocas personas pertenecientes a una clase social privilegiada. Oligos (pocos) kias (jefes).
 
Quiero recordar a mis lectores y escuchas, que vivimos en el siglo XXI.
Que la comunidad pensante es cada día más global.
Que los gobiernos tienden a ser más trasparentes.
Que es cada vez más improbable el que haya pueblos sometidos.
Que el respeto al derecho humano fundamental se basa en el libre pensamiento.
Que la censura es denunciable.
Que un régimen de Estado ya no puede ser instrumento de venganza.
Que los liderazgos pierden autenticidad cuando se ejercen para su enriquecimiento.
Que sí es posible cambiar el curso del destino si la sociedad así lo desea.
 
Que aunque hemos sufrido una regresión en nuestra historia, vamos a salir airosos luego de la inesperada experiencia.
Claro que hay esperanza por el mañana. No todo es negro adelante. Basta con leerlos, escucharlos y razonar las propuestas que inundan las redes sociales para entender que el ciudadano está consciente que va a tomar el mando.
Que la llamada oligarquía tiene sus días contados… Ya sea por la lógica que se hace presente en este mundo de mayor conciencia… Ya sea porque resulta inviable que sobreviva una forma tan obsoleta de convivencia.
¿Qué se dirá dentro de un siglo para describir nuestro presente? ¿Qué tipo de ideología naciente es la que flota en el ambiente?
Me atrevo a proponer que la experiencia de nuestro tiempo está empeñada en romper paradigmas. Revisemos la historia y veamos que la evolución de las sociedades modernas se está empezando a determinar de maneras diferentes.
Suele decirse entre nosotros que “México es el país donde no pasa nada… y luego de que pasa, se olvida”.
Ya no estamos de acuerdo. Aquí sí pasan cosas. Se están cocinando nuevas condiciones. Nos acercamos aceleradamente a un mundo diferente. Pleno de tecnología y conocimiento. No somos más una aldea aislada e indolente. Lo que viene es promisorio y comienza a dibujar una sonrisa entre los que sabemos que el futuro nos tiene un mundo solidario y sensible. Justo y transparente. Compasivo y lleno de esperanza. Lo vemos todos y los que no, habremos de invitarlos a abrir sus ojos.
 
@PedroFerriz
 
#UnidosPorLaVerdad
 #revoluciondelintelecto